Detrás de cada camiseta Luanvi hay mucho más que tela y costuras: existe un proceso cuidado al detalle, en el que la creatividad, la tecnología y la pasión por el deporte se unen para dar forma a una prenda que terminará sobre el césped, la pista o el asfalto.

Todo arranca en el departamento de diseño, donde se imaginan y trazan los patrones y colores que marcarán la identidad de cada equipo. Es ahí donde nace la primera chispa, que pronto se convertirá en una pieza real. El diseño pasa después a nuestras impresoras MS de gran formato, que trabajan con un papel especial para sublimación. Este paso exige un control exacto de temperatura y humedad: de ello depende que los colores se fijen con nitidez y uniformidad.

A continuación, el tejido entra en la calandra, una máquina que, mediante calor y presión a más de 200 grados, transfiere la tinta del papel a la fibra. Es el momento en que la camiseta cobra vida: los tonos se vuelven intensos, sólidos y resistentes, preparados para soportar lavados, roces y la exigencia constante de la competición.

Una vez sublimado el tejido, la precisión del corte láser toma protagonismo. Sus cabezales reconocen el contorno de cada prenda y lo cortan con exactitud milimétrica, optimizando el material y asegurando que cada pieza encaje a la perfección. Después, el proceso continúa en la sala de confección, donde manos expertas y maquinaria especializada unen las piezas, cosen las costuras y cuidan los detalles con un acabado casi artesanal. Es aquí donde la tecnología se encuentra con la experiencia de quienes llevan años garantizando que cada camiseta cumpla los más altos estándares de calidad.

Al final, lo que empezó como un boceto se convierte en una prenda lista para vestir a deportistas de todo el mundo. Una camiseta que no es solo un uniforme, sino también un símbolo de identidad, esfuerzo y orgullo. En Luanvi, no fabricamos simplemente ropa deportiva: transformamos creatividad e innovación en equipaciones que acompañan a los atletas en cada reto y en cada victoria.